UN AMBIENTE SANO, DERECHO DE TODOS

La ciencia y el desarrollo tecnológico de los pueblos han traído al mundo además del progreso acelerado, la existencia de una cantidad de gérmenes patógenos y tóxicos que le están causando daño a la humanidad.

La producción de estos tóxicos generados por las fábricas, la tala de bosques, las fumigaciones contra las plagas de los cultivos, las aguas negras que se vierten en los ríos, cañadas, quebradas y mares, la contaminación producto de la superpoblación de las ciudades, son apenas pequeñas muestras de las causas y orígenes de la contaminación en general que han deteriorado el medio ambiente.

La protección al ambiente hacia la madre naturaleza,  la respuesta a un grave problema que seguirá agudizando al ritmo presente, declarándose las ciudades en estado de emergencia sanitaria; por la progresiva desaparición de la fauna y de la flora, por lo irrespirable de la atmósfera, por la polución, por los olores ofensivos, por el tronante ruido, el aumento de la erosión, los desechos industriales, las lluvias ácidas.

Lo anterior significa que el derecho al ambiente sano, debe estar precedido de condiciones ambientales que hagan posible y factible la existencia de las personas, para que estas puedan gozar a plenitud de todo lo que la naturaleza nos brinda.

Uno de los problemas más graves que existen en Colombia, es el de la contaminación urbana, especialmente en las ciudades como Bogotá, Cali, Medellín, Barranquilla, Cartagena, Guajira, Barrancabermeja, el Valle de Sogamoso entre otros, que padecen graves procesos de contaminación.El peor enemigo del aire en las ciudades, es la emanación de gases producidos por la combustión de los automotores.

Es necesario divulgar y denunciar la exagerada producción de basuras toxicas generadas en el país, lo grave es que la gran mayoría de estos desechos son arrojados al río, al aire, a los rellenos sanitarios, o a los botaderos o basureros clandestinos.

Según indica la ONU solo si se respeta la vida silvestre y los ecosistemas, se podrían evitar futuras pandemias que devastan nuestras vidas y nuestras economías, y como hemos observado en los últimos meses, las personas más pobres y vulnerables son las que más sufren.  Por estas causas se hace necesitaría la inversión y voluntad de los gobernantes para evitar brotes futuros, por lo tanto es obligación de nosotros los seres humanos  ser más diligentes en la protección de nuestro entorno natural.