“PREOCUPANTES DECEPCIONES SOBRE NUESTRA DEMOCRACIA”
Un día un amigo cuestionaba en un foro político que el voto aquí en Colombia no servía para nada y yo le respondí que estaba fuera de contexto porque esa era una verdad universal incontrovertible desde hacía mucho tiempo, las elecciones se conducen aquí como un mercado. El voto es igual a un acto de fe o de creencia, el poder está segmentado en varias instancias y cada una tiene unas competencias, atribuciones y además un precio que se negocia o intercambia; alguien invierte y gana y la mayoría pierde, como en el discurso de la salvación. Ay, si nuestros ancestros pudieran contarnos.
Reflexiones que preocupan y decepcionan a la mayoría de los ciudadanos de muchos países, especialmente en América,expuestos con suficiente claridad por pensadores y columnistas de los cuales abundan ejemplos,decía Estanislao Zuleta que “La igualdad de derechos oculta la más grotesca desigualdad de posibilidades” u oportunidades o que “de la clase de problemas que se tratan en un país, se puede inferir su grado de desarrollo”; hay descubrir o escudriñar en los discursos las verdaderas intenciones. Pero la “verdad, antes de manifestarse a cara descubierta,se muestra en fragmentos (¡ay, cuán ilegibles!), mezclada con el error de este mundo, de modo que debemos deletrear sus fieles signáculos incluso allí donde nos parecen oscuros y casi forjados por una voluntad totalmente orientada hacia el mal”, “El Nombre de la Rosa”, por Humberto Eco.
Preocupa que aquellos que enseñaron a millones a creer en dios y autodenominados “excelentísimos” y “venerables”, hayan tapado tanta ignominia de abusos que hoy se ventilan y tumban estatuas santificadas por ellos mismos y soportadas por el adoctrinamiento incontrovertible.
Preocupa que a la conducción del Estado llegue gente sin las competencias ni los valores necesarios para garantizarle al pueblo una decorosa representación fundada en los más altos valores éticos.
Preocupa que la justicia siga con los ojos vendados ante el saqueo al Estado por los políticos y les aplique penas irrisorias que invitan al delito y la repetición por sus herederos; que haya caído en un negocio, donde las sentencias dependen del estrato y de las relaciones de poder de negociación y dominación de los acusados.
Preocupa que ignoremos la realidad de un sistema político corrupto a punto de colapsar, en donde el que no lo es, lo convierten, basado en roscas vulgarmente expuestas, donde un político eficaz es aquel que logra posicionar a su familia en una diversidad de cargos de todas las ramas del poder.
Preocupa que la enseñanza en valores no se imparta con ejemplos gratificantes y enaltecedores y por el contrario mantenga sesgos de clases, de creencias, de razas y no sea pertinente en la preparación técnica, tecnológica y científica que a la larga es la que le servirá en la vida.
Preocupa que la gente no pueda descubrir en los discursos de los políticos las intenciones malévolas y manipuladoras de los imposibles
Preocupa que el ejercicio de la política no corresponda con la definición filosófica del servicio al bien común, sino por el contrario al bienestar personal y egoísta.
Preocupa el “dolor de patria” expresado por políticos narcisistas y manipuladores, adictos al poder ante las circunstancias del país porque no satisfacen sus intereses.
Preocupa el “sacrificio patriótico” de algunos personajes que renuncian a las comodidades y certidumbres derivadas de sus altos ingresos particulares y asumen altos y peligrosos puestos en el Estado donde devengan apenas una pequeña fracción de aquellos. ¿La diferencia cómo se subsana?
Preocupa que la red de corrupción se comporte como una ideología sistémica con la velocidad de apropiarse mediante la contratación pública de los recursos para aliviar las crisis sociales supuestas o reales y deje sin solución tanto problema en salud, educación, empleo, vivienda y hambre.
Preocupa que el discurso del otro no sea suficientemente claro,para que todos lo entiendan y no sea más que un indicador de sus particulares intereses y tarea para escrutar por los letrados.
Doctor Diovaldo, comparto plenamente su artículo. Pongo a su consideración, que lo más grave es que todas esas preocupaciones, se pueden solucionar, si todos los individuos plasmáramos nuestro comportamiento con una sola palabra ÉTICA. Es de resaltar que, etimológicamente “ética” viene del griego “ethos” que significa habito o costumbre y “moral” viene de latín “mos” que significa lo mismo.
Sin embargo, en contexto filosófico, la ética y la moral, tienen diferentes significados. La ética está relacionada con el estudio fundamentado de los valores morales que guían el comportamiento humano en la sociedad, mientras que la moral son las costumbres, normas, tabúes y convenios establecidos por cada sociedad.
Si nosotros los humanos, lográramos ser conscientes y nos preocupáramos por ser éticos, todos los problemas desaparecen, por lo tanto, se requiere una formación en las instituciones educativas sobre la ética como lo hacían los ancestros de nuestros ancestros y como lo hacen nuestros hermanos mayores los indígenas, por eso su justicia es rápida y eficiente.