Inteligencia y liderazgo no siempre van de la mano, un homenaje al padre Alfonso Llano
A raíz de mi artículo anterior “DÓNDE RESIDE DIOS”, un amigo me escribió por las redes:“Percibí demasiadas vueltas para declarar tu ateísmo”, a lo que le respondí no soy ateo y no tiene nada de malo serlo, de hecho, admiro las posiciones filosóficas de muchos intelectuales, acreditados como tales, ateos, que cada día enseñan con su liderazgo e inteligencia conceptos y saberes apegados a la ciencia, a la ética y a valores que los hacen mejores personas y coadyuvar a una mejor sociedad.
Este artículo intenta ejemplificar un caso paradójico cercano, he sido un profundo admirador del padre ALFONSO LLANO, de sus posiciones en favor de los menos favorecidos, con una interpretación real de la biblia en el contexto que le ha tocado vivir, cumplió 95 años de vida este viernes con plena lucidez en su retiro, al que estoy convencido él mismo decidió ir, un hombre convencido de su fe, pero también lleno de angustias e incomprensiones. Se ganó enemigos, curiosamente dentro de su propia institucionalidad en la fe, sus jerarcas lo mandaron a callar en sus opiniones enriquecedoras de su columna “UN ALTO EN EL CAMINO”, pero muchos laicos y no creyentes solicitaron su retorno. Ha sido un jesuita de mente abierta, ha tenido una preferencia por el discernimiento y la explicación antes que, por el dogma, esto es acercarse a la ciencia, con una fuerte preparación en materias muy discutidas por los intelectuales como filosofía, teología y moral, con doctorados en ellas que lo hacen una autoridad de cuyas conclusiones en formación de conciencia se destacan: aceptación de los métodos anticonceptivos, ejercicio del sacerdocio sin el humillante celibato. Resaltando al padre Llano por su inteligencia, sus dotes de liderazgo, su sacrificio de vida en una sociedad que ignora el agradecimiento, me viene a la mente otro Jesuita, intelectual de talla mundial, me refiero a Carlo María Martini (1927-2012), doctor en teología, fue arzobispo de Milán, Cardenal, cuyas ideas liberales pueden emparejarse con las del padre Llano, este italiano, que mereció ser papa y pudo serlo como mejor opción, si la elección de tal dignidad fuera democrática, con la participación de sus fieles; por el contrario ese sencillo acto de elegir es todo un misterio.
Carlo María Martini, polémico sacerdote liberal, ejemplo virtuoso para creyentes y ateos, pero igual que Llano, nunca dividió el mundo entre creyentes y no creyentes, sino entre pensantes y no pensantes, acercamiento entre el discernimiento y la explicación, procedimientos de la metodología científica. Expresiones como “la iglesia lleva 200 años de retraso” o la autocrítica “nuestras ropas y ritos son pomposas”, “la iglesia está cansada”, “ni el clero ni el derecho eclesiástico pueden sustituir la interioridad del hombre”. Posturas como sostener no estar de acuerdo con la discriminación de estar casados para la aceptación de parejas por la iglesia o solicitar el reconocimiento de las parejas homosexuales, promover la ordenación de mujeres, le valieron rechazos de las huestes conservadoras de su iglesia. En 1987, Carlo María Martini, fundó la cátedra de los no creyentes, para dialogar con los ateos; muestras de su apertura intelectual.
De hecho, como testimonio de esa apertura intelectual, en 1996 se publicó un libro denominado “EN QUÉ CREEN LOS QUE NO CREEN”, un intercambio epistolar donde se exponen reflexiones acerca de la ética y sus fundamentos con un altísimo grado de tolerancia sobre sus papeles en la vida. Un intelectual ateo representante de la cultura laica, HUMBERTO ECO y un príncipe de la iglesia católica que pudo ser un excelente papa, CARLO MARIA MARTINI, así como nuestro compatriota, el padre ALFONSO LLANO, mereció ser obispo y cardenal; dignidad ocupada por algunos de sus Jerarcas en Colombia sin más merecimientos que él y antes que nada con comportamientos bochornosos de delincuencia de la peor calaña, como el abuso sexual contra menores indefensos y con la ocultación de la misma institución.
Ejemplos como estas personalidades, admirables maestros, convencidos de sus posiciones dialécticas se están extinguiendo, en la clasificación de lo que constituye el liderazgo relacionado con la inteligencia; hoy, no nos orientan verdaderos líderes, personas confiables llenas de atributos positivos, sino conspiradores de la peor ralea en todos los ámbitos del que hacer, tanto personal como institucional; a los humildes creyentes en la educación como medio de superación personal y social, nos queda por ahora,la desconfianza y más adelante el miedo y la humillación. ¡Gracias padre Alfonso Llano, por sus enseñanzas, aunque muchos no las compartan!