22 diciembre, 2024

HABLEMOS DE CIFRAS

Por. Giancarlo Silva.

Estos artículos llenos de números son un “ladrillo”; lo siento; pero haré lo posible por hacerlo lo más claro posible y que entiendan mi planteamiento.

Solo les pido un poco de la paciencia que les queda después de leer el torrente de cifras diarias que publican algunas personas, no sé si por ganar espacios en imaginarios de los cuales ya no hacen parte o por la mera necedad de calmar la ansiedad escribiendo en redes y desinformando a los demás (la otra pandemia), sin que estos números que exponen pasen por algún tipo de filtro o interpretación que permita entender mejor el fenómeno que nos rodea. Pero mi espíritu libre pensante y demócrata me lleva a tolerarlos y mediante este ejercicio, a coadyudarlos.

El DANE publicó recientemente los consolidados del censo poblacional, acabando con las cifras estimadas del número de habitantes en los distintos entes territoriales. Conocer estas cifras permite un mejor trazado de las políticas públicas en los 3 municipios de la sub región centro oriental del departamento del Atlántico, sobre todo en los tiempos tormentosos del coronavirus.

Pero la constante del número de habitantes de cada municipio se contrasta, para entender los números del covid 19, con 2 variables:

  • La tasa de contagios: entendida como la proporción de casos positivos entre el número de muestras realizadas en cada ente territorial.
  • La tasa de incidencia: es el número de casos por cada diez mil habitantes (ocien mil, según el tamaño del ente territorial).

La exposición de otras cifras es simplemente para la galería. Populismo y ego exacerbados. Sobre todo, si se hace a diario y sin cotejo y contexto alguno.

Sabanagrande sale mal librado. Con 35.084 habitantes tiene, a corte de 24 de junio, una tasa de contagio del 30% y una tasa de incidencia de 78 casos por cada 10 mil habitantes. Para hacernos una idea de lo terrible del panorama, Barranquilla, epicentro nacional del coronavirus por la “indisciplina social” según Pumarejo, tiene una tasa de contagio del 20%, es decir, 10 puntos porcentuales menos, y la tasa de incidencia es de 75 casos por cada 10 mil habitantes. La tasa media nacional de contagios es de 12% y la tasa de incidencia media nacional es de 15 contagiados por cada 10 mil habitantes. Según cifras del INS, Sabanagrande ocupa el sexto lugar a nivel nacional por mayor tasa de incidencia y el segundo a nivel departamental precedido de Galapa.

Fuente: INS a corte de 20 de junio. La variación mínima de las cifras se produce al contrastar con el nuevo censo poblacional del DANE.

Palmar de Varela con 31.038 habitantes tiene, a corte de 25 de junio, una tasa de contagio del 23%y una tasa de incidencia de 41 casos por cada 10 mil habitantes.

Sale mejor librado Santo Tomás que cuenta con 32.000 habitantes y, a corte de 23 de junio, tiene una tasa de contagio del 23%, 7 puntos porcentuales menos que Sabanagrande, y una tasa de incidencia de 38 casos por cada 10 mil habitantes, es decir, casi la mitad de la precitada población.

De todos son conocidas las profundas interrelaciones socioeconómicas, familiares y escolares que entrelazan históricamente a estos 3 municipios y por ello urge que sus mandatarios sigan sincronizando medidas como el motocarrismo, el pico y cédula, la reactivación económica y los toques de queda, respetando la autonomía y condiciones propias de cada localidad, pero en atención al interés superior de preservar la vida de las casi 100 mil personas que los habitan. La adopción de políticas públicas conjuntas puede ser la clave del éxito.

Teniendo en cuenta que esta sub región se compone de pueblos dormitorios, especial control debe tenerse con las empresas de transporte intermunicipal que, según imágenes y videos ya conocidos, trasgreden las medidas de distanciamiento y se convierten en un foco de contagio del virus. Mejorar este control es una asignatura pendiente. La movilidad laboral asociada con Barranquilla y Soledad compone el principal foco de contagio.

No es prudente en este momento tan complejo lanzar imprecaciones y exigencias a las autoridades, sin que se analicen las cifras que dan lugar a tales solicitudes. La ciudadanía informada, consecuente, ecuánime, desprovista de intereses proselitistas y sin pretensiones económicas de por medio, debe formar parte importante de la construcción de políticas públicas municipales acorde a los retos que impone esta crisis. Necesitamos organizaciones de base y una sociedad civil propositivas que se sumen a la solución y no llaneros solitarios que esboce a diario problemas y contingencias por una figuración intrascendente.

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