Gabo escribió sobre mi aldea
Cuando yo leí por primera vez Cien Años de Soledad en su primera edición, hace 55 años, fui guiado por mi amigo el Chin Munive, mi vecino en Ciénaga, Magdalena quien murió joven pero maduro intelectualmente en las residencias de la Universidad Nacional.
Años más tarde, cuando comencé a estudiar Filología e Idiomas, en la Universidad del Atlántico pasé de las emociones de aquella primigenia lectura que me llevaba hasta la bonga de Neerlandia y a los árboles de Macondo, a la racionalización de las teorías, conducidos por esos dos gigantes de la critica literaria como fueron Homero Mercado y Carlos J María, dos provincianos como Gabo, el uno de Campo de la Cruz, y el otro de Aracataca. América latina tenía un colectivo de escritores como Juan Rulfo, creador de Comala, Manuel Scorza, un monstruo del realismo mágico, peruano. Colombia gozaba de un fuerte movimiento vanguardista cuya cabeza era el cabellòn Cepeda, henmiguayista puro, Héctor Rojas Herazo, de novísimas texturas lingüísticas, poeta y pintor. Manuel Zapata Olivella, testimoniaba la gesta africana. A cualquiera de ellos se les pudo otorgar el Nobel. Pero le fue asignado a Gabo, señalado por el poeta Neruda quien lo tildó del Midas del lenguaje y lo compararon con Don Quijote- Cien años de Soledad, no es una novela vanguardista, apegada a la tradición árabe de las Mil y una Noche, lo mismo que a la cosmovisión cristiana con sus mitos. En el horizonte se divisa la influencia de Rabelae y sus mofas al mundo de la academia con el uso de ciertas palabras soeces para el español madrileño en un país gramaticalero como el nuestro. Sin embargo, el capítulo pertinente, a las masacres de las bananeras, la colocó en un plano del realismo social con las denuncias de la barbarie que la situaron en el plano de la critica social y que llevaron también a nuestro escritor como sus colegas rebeldes del boom. Sin duda alguna, Gabriel García Márquez con la creación de Macondo, había cumplido con el apotegma de Tolstoy: Quieres ser universal escribe de tu aldea.