ESTA DEMOCRACIA CONTRAHECHA Y FEROZ

Nuestro flamante presidente, Iván Duque, dice con frecuencia: “Esta es una democracia sólida” y nosotros respondemos: una democracia inficionada por el dinero mortífero y enajenante del narcotráfico y por el accionar perverso y cruel del paramilitarismo y demás grupos ilegales que han determinado resultados electorales a través de la conversión del voto en una mercancía que se compra y se vende como en un mercado persa; en la decisión funesta del elector de votar apremiado por las necesidades económicas y sociales y por el miedo a morir de una enfermedad endémica en Colombia, la “Plomonía”, pues aquí, doctor Duque, en esta democracia contrahecha y feroz, el derecho fundamental a la vida está cruzado por el de los que creen que tienen “derecho” a matar bajo la luz rutilante del sol, porque aquí en “Locombia”, el astro centro del sistema planetario no alumbra para todos; y es una democracia en la que el cuerno de la abundancia y la riqueza de nuestro escudo de armas sólo se derrama para unos pocos. En fin, esta democracia ha sido convertida por las familias poderosas económicamente en “democracia” de clientelas donde el votante ya no es un sufragante libre y consciente sino un cliente que se compra y se vende por los mercaderes sin conciencia. Sin embargo, doctor Duque, usted se llena la boca gritando a los cuatro vientos que “esta es una democracia sólida”. Más bien, esta es una democracia que se ha petrificado como democracia contrahecha y feroz. ¿Cómo construir democracia integral, que conduzca al bienestar general de la población, respetuosa y garante de los derechos humanos y de la participación efectiva de todos? He ahí la cuestión.