22 diciembre, 2024

De Mujeres En Política

Por Giancarlo Silva Gómez

La participación de las mujeres en política no debe quedarse en la retórica de la ley. Es una necesidad. Primero la cuota de discriminación positiva y luego la paridad en conformación de listas y en nombramientos en niveles directivos son una realidad de a puño que, en lo particular, me hace sentido.

Y esa necesidad que acuso se basa en un dato lapidario y insoslayable: el 51.2% de la población en Colombia se compone de mujeres.

Aunque se han hecho esfuerzos normativos por garantizar el acceso de las mujeres a cargos de elección popular y de libre nombramiento y remoción (en los de carrera acceden por mérito) todavía queda trecho por recorrer. Solo 132 mujeres fueron electas alcaldesas en los comicios de 2019, es decir, el 12.01% de los municipios del país. Peor la cosa en cuanto a gobernaciones se refiere donde solo 2 accedieron entre los 32 departamentos, es decir, solo un 6.25%.

Para soportar con cifras la imagen de la brecha solo piensen que el desempleo femenino es del 14% mientras que el masculino apenas llega al 8%.

A escasos días del inicio de las inscripciones para aspirar a la alcaldía, suenan en las esquinas y en las tertulias políticas el nombre de tres mujeres precandidatas. Quizás las circunstancias sui generis del debate disminuyan esta cifra y solo queden 1 o 2 de ellas, pero el solo hecho de verlas en las calles haciendo proselitismo dice mucho de la democracia tomasina.

De hecho, me atrevo a decir que tener mujeres en el partidor de la política ya forma parte del paisaje local, sobre todo si tenemos en cuenta que tres de ellas han fungido como alcaldesas de elección popular en el terruño, lo cual contrasta con la tradición política de los municipios vecinos, pues tanto en Palmar de Varela como en Sabanagrande solo han tenido en suerte una alcaldesa cada uno.

Me es imposible y antiético afirmar si las administraciones de estas 3 damas fueron buenas o malas; sóbrenos hoy por comentar que lo hicieron con lujo de detalles y demostrando que la mujer tomasina es tan, o más capacitada que los hombres y se pueden poner al frente de las riendas de la cosa pública.

En lass tres precandidatas de este debate encontramos experiencia y recorrido, conocimiento y serenidad, juventud e ímpetu; una tiene gran opción de salir avante, otra se presenta como una opción o contrapeso y la última inicia su devenir en la política; pero como común denominador tienen arrojo. La valentía insondable de transitar un camino hostil para su género y generoso para con los hombres. A eso se enfrentan.

En cuanto a concejo se refiere el fenómeno es distinto pues por norma se inscriben un número de mujeres en las listas, pero eso no garantiza que resulten electas en proporción paritaria. El reto en este punto consiste en incluir en las listas candidatas capaces y con altas probabilidades de ocupar una curul y no simplemente sean usadas para cumplir con un requisito.

Entiendo la filoginia como un estilo de vida y no como una fuerza discursiva simbólica para alimentar el maniqueísmo. Fui criado por y entre mujeres y en mi vida adulta mi núcleo familiar se compone

de 2 damiselas más, de tal suerte que vivo poniendo el respeto como un principio irrenunciable de mi cotidianidad.

Lejos estoy de saber qué depara el futuro para estas precandidatas, pero solo espero que sean dignas contendoras y que no sean víctimas de violencia política por sus posturas o inclinaciones. En varias conversaciones con amigos he insistido en la importancia de coincidir en el disenso para fortalecer la democracia, pero con énfasis en la contraposición de ideas y posturas, hasta lograr pasar del plano criticista hacia el propositivo.

A guisa de corolario: al redactar estas líneas he sido cuidadoso con las palabras y términos utilizados para no herir susceptibilidades y por ello tampoco uso nombres propios, pero con el permiso del editor y de ustedes, los lectores, me permito una licencia para mostrar mi profunda alegría por ver el nombre de mi querida Deisy Guardo como candidata al concejo. De historias como la de ella se nutre y motiva este artículo.

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