21 noviembre, 2024

De la liberación a la salvación cristiana

Por Nicolás De La Cruz

Fui educado y formado en las Escuelas Cristianas La Sallistas,  en las que me inculcaron los principios de la  fe, la fraternidad, el compromiso, la justicia, el  servicio y por ello el Jesús, resucitado,   que yo conozco, no es el Hijo de Dios que vino al mundo  a lograr nuestra salvación, después de tener nosotros una vida llena de penurias y de necesidades materiales y espirituales insatisfechas, dándole cumplimiento a la falacia de  que: “ más fácil entra un camello por el ojo de una aguja que un rico al reino de los cielos”,  sino que  fundamentalmente  vino a ayudarnos, a lograr nuestra liberación, no tan solo del pecado, sino principalmente de nuestra esclavitud social,  liberándonos de la ignorancia, natural, o ¿ quién es el  que nace sabiendo tan siguiera algo?, una sola palabra que nos permita relacionarnos no digo con los demás pues eso es mucho pedir, sino con el ser que nos trajo al mundo, nuestra madre. ¡Ninguno! Y la misión de Cristo fue enseñarnos, a buscar la sabiduría, para ayudar a los demás y a quienes nos ayudan a nosotros, pues en esta vida todos necesitamos de todos, nadie puede vivir solo, mucho menos realizar sus sueños, de ahí que Jesús nos decía ama a tu prójimo como a ti mismo. Ayuda, cuida, protege a tu prójimo, porque con ello te estas ayudando, cuidando, protegiendo a ti mismo. Por eso ningún ser humano tiene un precio, todos tenemos es, un valor, que no es medible en dinero, a no ser que tu seas un monstruo y como presidente de la República, le des la orden a tus subalternos de las fuerzas militares, o toleres que asesinen a jóvenes promisorios, haciéndolos pasar por guerrilleros a cambio de una prebenda económica. Por ello el falso dilema entre quien esta primero sí el ser humano o el dinero, ni siquiera debería existir, porque la escogencia es obvia, para la personal normal, primero está el otro ser humano, independientemente que no sea tu padre, tu madre, tu hermano, tu familiar, tu amigo, o ¿quién es el que, en su sano juicio, va a cambiar por dinero alguna de estas personas?

Jesús vino a liberarnos de la pobreza espiritual y material, o ¿ quién es el que nace rico?, o  es que acaso no,  cuando nacemos  ni ropa traemos, Dios nos echa desnudos al mundo, y como decía un amigo, Javier Pacheco, todo lo que tenemos  encima es ganancia, puede ser que nuestros padres sean personas adineradas, pero son ellos, no nosotros,  somos por naturaleza indigentes, todo lo necesitamos, el alimento, el vestido, la habitación, la educación, los medios de transporte, la recreación y que de malo hay que todo eso lo obtengamos en abundancia, si Dios nos puso aquí para disfrutar, gozar de toda su creación, quien ha dicho que para entrar en el Reino de los Cielos, debemos vivir en la pobreza vergonzante, pasando hambre, mendingando un mendrugo de pan, o peleando por un sorbo de agua potable, con ropa regalada, siendo unos toda talla, que nos quede bien cualquier trapo que nos donen los que hacen obras de caridad, o tengamos que vivir arrimados, sufriendo humillaciones, desprecios, vejaciones, insultos de quien nos alberga en su habitación, Jesús  vino a liberarnos de la pobreza económica y también  espiritual, quien ha dicho que yo debo envidiar la prosperidad de mi prójimo o de mi hermano como Caín que envidiaba a Abel, cuya historia trágica, nos muestra que la envidia es la ¡ raíz de infinitos males y carcoma de las virtudes! como decía Miguel de Cervantes Saavedra, pues la envidia es el arte de contar las bendiciones del otro en lugar de las propias. Jesús vino a enseñarnos que cuanto el hombre abandona la envidia empieza a prepararse para entrar en el camino de la dicha, pues lo contrario de la envidia es alegrarse, llenarse de felicidad, por el éxito del otro.

 Jesús vino la liberarnos de la opresión, de las clases privilegiadas opresoras, pues el murió por oponerse a la corrupción, al abuso del poder, por combatir a quienes dominaban y oprimían en su época a su pueblo, a quienes vivían en la opulencia y el despilfarro con los impuestos que le imponían al pueblo trabajador y después se los apropiaban para su beneficio personal. ¿Qué hace un pueblo – como ocurre hoy en día- lleno de derechos si las autoridades “legítimamente” constituidas no cumplen con sus deberes? De que nos vale tener el derecho a la seguridad alimentaria, si el gobierno no subsidia, ni  protege, al campesinado, que produce los alimentos, si abre la fronteras para que los contrabandistas dueños de los supermercados, importen alimentos subsidiados que después colocan en los anaqueles de sus grandes superficies a precios inalcanzables para el asalariado honrado, de que nos sirve tener el derecho a la salud, si el gobierno no invierte en la formación de los médicos, y a estos no les pagan a tiempo, ni  el justo salario ni sus prestaciones sociales, por la prestación de sus servicios, sino que los contratan con órdenes de prestación de servicios, para repartirse la pírrica suma de dinero que le entregan, entre el “politiquero” que lo recomienda, la cooperativa que lo contrata y el pobre médico, si el gobierno no invierte en  la adquisición de elementos quirúrgicos y  medicamentos, en la construcción y dotación de hospitales, es inaudito, insólito que en un país de más de cincuenta millones de habitantes solo hayan doce mil camas UCI, y la gran mayoría pertenecen a los privados pues  hoy la salud es un negocio, en el que los politiqueros  son los dueños de la EPS que desangran al Estado, sin importarles cuantas personas están muriendo, en sus casas o en la puertas de clínicas y hospitales, porque no tienen capacidad de pago, para que los atiendan contagiados del Covid-19.  De que nos sirve el derecho a la educación si quienes gobiernan no cumplen con su deber de educar a todos por igual, vean en manos de quien están  la mayoría de las fundaciones “Universitarias” no precisamente de científicos, sabios sino de politiqueros que, comprando votos hoy en día son senadores, representantes a la cámara, quienes convierten la Alma Mater, casas de sabiduría en los países donde el derecho a la educación es sagrado,  en “comandos políticos” donde se cambian las calificaciones de los estudiantes por sus votos, y las crean  para apropiarse de los dineros que en el presupuesto de la nación están destinados para que el pueblo tenga acceso a la educación superior a fin de que aceda a la ciencia, la tecnología y todos los bienes que proporciona la cultura.

Jesús vino a enseñarnos y mostrarnos  que es por  el camino de la liberación,  cultural, económica  y política, por el que debemos transitar, en permanente lucha contra todo corrupto, explotador, opresor que nos obstaculiza el camino, Jesús nos enseñó que debemos recorrer el camino que conduce a nuestra salvación  con esfuerzo, trabajo, honestidad, honradez, lealtad, amor  al lado de nuestro prójimo  en términos de igualdad social  y con la íntima convicción que  es el único  sendero que nos conduce al Reino de los Cielos donde obtendremos la paz eterna, llenos de goce y felicidad al lado Dios.

1 comentario en «De la liberación a la salvación cristiana»

  1. Muy buena reflexión del Dr Nicolás De la Cruz. “De la Liberación a la Salvación Cristiana” tiene mucho conocimiento sobre el tema y siento que esto debería tenerlo en cuenta para las próximas elecciones en Colombia. Felicidades!!

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