Los cambios del COVID-19 en la vida de tres madres.
Creen que el coronavirus ha cambiado hábitos de vida.
El coronavirus ha sido el causante de muchas muertes, tristezas y encierro en el mundo. Pero también ha causado cambios en la vida de muchas personas, como es el caso de las madres y muchos casos, trabajadoras.
VOZ DE ORIENTE dialogó con tres de ellas, las cuales como ha sido pasar la cuarentena en sus viviendas, algunas sin trabajar o laborando de otras formas.
“NO PODER TRABAJAR CONSTANTE ES DURO”
Al empezar el aislamiento nacional en el país, el Gobierno Nacional tomó muchas medidas para prevenir el contagio. Entre esas, que los restaurantes o puntos de comida trabajaran a domicilio solamente.
Ante esto, muchos decidieron acogerse o simplemente cerrar por un tiempo. Esto último fue lo que decidió el sitio donde trabajaba Tatiana Cecilia Pérez De la Hoz, de 45 años, quien vive con su hija de 20 años, su nieto de 9 meses y yerno, quien trabajaba como domiciliario en otro restaurante de la ciudad y que también cerró.
“La situación fue difícil en un principio. Ninguno sin trabajar y uno queriéndolo hacer para poder sostener una familia, pero no se podía por el aislamiento preventivo”, indicó y contó que hasta hace 10 días el restaurante que queda ubicado en la calle 70 con carrera 52, decidió abrir, pero con un sueldo inferior, debido a que venden menos.
“Ese es el problema ahora, que uno gana menos y los gastos siguen siendo iguales o mayores a los que antes, pero como dicen por ahí: hemos hecho maravillas”, anotó.
En cuanto a lo social, dijo que no ha podido ver a su padre y no puede salir con su nieto al Malecón del Río o así sea a un parque para jugar.
Por el contrario, cree que se ha especializado en el hogar y más exactamente en la cocina. “En el tiempo libre he aprendido otros platos para la familia, lo que considero positivo”, agregó.
Por último se refirió que el COVID-19 ha hecho hasta un parón en la vida sexual, dijo entre risas la mujer.
CAMBIÓ LA FORMA AFECTIVA CON LA FAMILIA
Para Elizabeth Charris Sarmiento las actividades laborales y familiares no son iguales desde que comenzó el aislamiento nacional el 25 de marzo.
Ella que labora como asistente administrativa y de tesorería en una clínica privada de Barranquilla, ya no lo hace diariamente como comúnmente lo hacía antes, sino un día sí y otro no. Y el día que lo hace, es menos horas y sin descanso para estar más tempranos en sus viviendas.
La mujer de 56 años explicó que como labora en una entidad hospitalaria debe tener muchos cuidados en la casa y en el trabajo.
“Cuando descanso no puedo salir para no infectarme del virus, y en el trabajo, ya me tocó guardar los vestidos, pantalones y tacones, para reemplazarlos por telas anti fluidos, tapabocas, monogafas y zapatos tenis por el bien mío y de mi familia”, puntualizó.
Lo que considera más duro es que la forma afectiva en la familia ha cambiado. Dijo que el acostumbrado beso y abrazo que le daba a su padre de 92 años diariamente lo ha tenido que dejar que cambiar por un beso a distancia o una palmada en su espalda para cuidarlo lo más posible de un contagio.
Pero a pesar de eso, expresó que la familia se ha unido para cocinar o hacer actividades de la casa unidas, cosa que antes se hacían, pero cada uno de forma individual.
La cuarta de cinco hermanos dijo que este será un Día de la Madre extraño y diferente en muchos aspectos.
“Primero porque será el primero sin mi madre querida, pero segundo y creo que les pasará a muchos, porque no se podrán reunir y comer todos en unión”, concluyó.
“ME TOCA SER MADRE, ESPOSA Y TRABAJADORA AL TIEMPO”
La instrumentadora quirúrgica Yira Paola De la Hoz Heredia manifestó que el cambio de vida por el COVID-19 ha sido drástico en todos los aspectos.
En cuanto a lo social, dijo que ya no puede salir, como lo hacían todos los fines de semana, al parque con su hija de 3 años para jugar y que se comiera un helado. “Me ha tocado jugar e implementar otras actividades para que no se aburra”, dijo la mujer de 32 años.
Sin embargo, cree que esto ha unido a la familia, ya que pasamos más tiempos juntos.
En cuanto a su trabajo y la atención de su hija, contó que le ha tocado dividirse en muchas ocasiones.
La mujer es la directora administrativa nacional de la empresa Mednexo, donde debe estar pendiente de los pedidos de material quirúrgico en el país, pero al mismo tiempo debe ayudarle a su hija a realizar las tareas.
“Hay tareas que no son para los niños, sino para los papás. Entonces me ha tocado dejar de trabajar para ayudar a la niña en eso o en algo de comer”, sostuvo De la Hoz.
La mujer añade que le toca atender a su esposo y en ocasiones realizar las labores domésticas. “Me toca ser madre, esposa y trabajadora al tiempo, no es fácil”, puntualizó la tomasina. En cuanto a lo económico afirmó que gracias a Dios la empresa no rebajó sueldos y por ende, no se ha visto muy afectada, a pesar de que le toca comprar más alimentos y pagar más servicios.