Rubén Llanos: Una Voz Necesaria
Rubén Llanos es la voz más importante en el municipio de Santo Tomás. Empiezo estas líneas con tan categórica sentencia a sabiendas de las repercusiones que me traerá este postulado, pero al rey lo que es del rey y al césar lo que es del césar. Este artículo me traerá problemas y críticas ácidas, pero asumo con la frente en alto el reto de publicar esta nota.
Rubén mantiene informada a la opinión pública sobre temas que se nos escapan de la memoria inmediata y, siempre con documentos en mano, hace esfuerzos por traducir en lenguaje sencillo las cosas más complejas de nuestro medio. Su cruzada por el tema del peaje es titánica, consecuente y coherente. Desde la veeduría de los servicios públicos ha luchado incansablemente por el mejoramiento de la prestación de los mismos, al punto que se ha convertido en puente para lograr reclamaciones y soluciones prontas.
Es un luchador incansable, pertinaz y frentero. Es un perro de caza que asume las consecuencias personas y legales de sus palabras. Financia sus luchas de su propio bolsillo y no escatima en recursos para llevarlas a buen puerto.
Inventa logos, jingles e imágenes sin cesar. Escapar de sus contenidos en redes sociales es imposible. Aprovecha cuánta fecha, evento, noticia o circunstancia le permita alzar la mano y es asiduo referente de los principales medios de comunicación de la región. Por muchos años he escuchado esa premisa, a veces cercana al cliché, según la cual no hay publicidad buena ni mala, simplemente publicidad. Y en esto Rubén es un maestro.
No todo es color de rosa. Hace unos meses, en este mismo medio, dejé sentada mi oposición a su propuesta de decorar frente a su casa con un sinnúmero de tazas sanitarias viejas y malucas, a guisa de macetas, en un adefesio antiestético que afea la entrada del municipio y el frente del Colegio Oriental. Le gusta trabajar solo y con un ritmo frenético que demanda un gran esfuerzo por alcanzar. Es más emotivo que racional en muchas ocasiones y, obnubilado por esta condición, pierde el foco del objetivo, razón por la cual pone más énfasis en la alcaldía y descuida la posibilidad de tener un concejal.
No soy experto en comunicación, pero la frecuencia de sus videos contentivos de denuncias y mensajes es asfixiante y confusa. Mezcla peras con manzanas con facilidad y prueba de ello fue el desafortunado incidente con un meme grotesco con la imagen de la casa de la cultura, que espero haya asumido como un error garrafal. Por momentos centra sus esfuerzos en atacar y poner en la picota a tantas personas y situaciones y se le olvida pasar al plano propositivo, es decir, menos vehemencia y más propuestas. En ocasiones no mide las consecuencias de sus actos y le toca recomponer el rumbo sobre la marcha.
Ya lo hemos hablado en un par de ocasiones, y él lo reconoce entre la risa y la preocupación.
No pretendo insinuar si el proceder de Rubén Llanos es bueno o malo. No tengo la autoridad para ello. Solo pongo de presente lo que producto de la observación y nuestra relación he podido colegir y evidenciar. El ejercicio que acometo implica que cada lector, cada ciudadano, cada tomasino, saque
sus propias conclusiones. Puedes apreciarlo, odiarlo, mirarlo de soslayo, pero no podrás ignorarlo y por ello no necesita ser defendido por otras personas.
No tengo claro si todo lo anterior le alcanzará para ser elegido alcalde en octubre; si se alinean un par de cosas y la población en general usara el voto castigo es una posibilidad, pero se vislumbra lejana porque no tiene la robustez económica ni organizativa para lograrlo. Líneas arriba dije que una de sus debilidades es que trabaja solo y por eso no votaré por él, pero no por ello dejo de desearle suerte y no dejaré de pensar que la voz de Rubén Llanos Sarmiento es necesaria para la comunidad tomasina en general.
Muy acertado todo