Niveles del Río Magdalena amenazan con inundar municipios del sur del Atlántico
Por Ricardo Manjarrez Charris
Se recomiendan algunas sugerencias con respecto a la construcción colectiva del nuevo plan de Gestión Ambiental Regional
Iniciamos nuestra exposición con las palabras de Cicerón: “pueblo que olvida su historia está condenado a repetirla”, frase sabia y atinente para la problemática que tenemos hoy en día con respecto a los niveles que viene manejando el río y que nos están acercando a la calamidad que ocurrió en el 2010, en el sur del Departamento del Atlántico, con la inseguridad de no saber, en que sitio vamos hacer víctima este año, si en el sur o en los pueblos ribereños de los departamentos del Atlántico o Magdalena.
Presionando por la alerta que se nos avecina, organizamos una comisión de dolientes e hicimos un recorrido en Jonhson en Bocas de Cenizas, espolones y dique direccional instalados en la margen oriental del Río Magdalena. En el sector correspondiente al departamento del Magdalena encontramos una gran cantidad de obras ejecutadas, que favorecen la navegabilidad en el río y en el ingreso de buques a Barranquilla, pues bien, estas obras han reducido las salidas del agua del río al mar (toda la obstrucción a la salida de un agua ocasiona represamiento), para el caso en cuestión, ducho represamiento está ocasionando niveles de hasta 9.5 metros en el municipio de Calamar, (San Pedrito), como en efecto ocurrió en el 2010. Aún a pesar de manejar 1.2 metros menos que el nivel del desastroso 2010, observamos que los niveles del río este año, va a superar esos niveles, y es por ello, que solicitamos como medidas previas, se ordene ampliar la salida del río al mar en Bocas de Ceniza.
Ante el evento que se reviente, en cualquier de sus riberas, los costos en vida y económicos por inundación superaría muy por encima los beneficios que se pueden obtener con su navegabilidad existente.
Hacemos un llamado, a los portuarios y a todos los interesados, (Distrito de Barranquilla, Departamento del Atlántico, autoridades del vecino departamento del Magdalena, sector turístico, la academia y comunidad en general), para que juntos y en mesas de trabajo podamos estudiar esta situación y proponer alternativas de solución a la navegabilidad, a todo que genera esa actividad y a toda la sufrida población ribereña, que entre otras cosas, están situadas mucho antes, que están en situaciones se presentarán.
Por el otro lado, queremos hacer un llamado a las obras que pretenden hacer en el Canal del Dique, sin tener en cuenta, las incidencias que esta obra van a traer aguas abajo, hacía Barranquilla. Hasta donde hemos podido entender, van hacer unas exclusas enviarían parte del agua hacía Cartagena y Barranquilla con el consecuente aumento no solo del agua, sino del lodo, que esta actividad traería, y que llegaría a una boca cerrada, generando más represamiento.
No conocemos socialización alguna, donde nosotros los ribereños nos hayan permitido expresar nuestros temores y lo que pensamos al respecto.
Seguimos atentos a estas socializaciones y nuestro pedido es “suéltela la boca al río”.
De igual manera se le hizo la misma advertencia a la CRA para que intervenga en este grave problema que afecta a los habitantes del sur del Atlántico.